Sobre «Trilogía», de Jon Fosse

Fosse en Sankta Maria Rotunda, en Viena.

(…) y ella lo ve sentarse y colocarse el violín bajo la barbilla y empezar a tocar y, al instante, algo se le movió por dentro y Alida empezó a elevarse en el aire y en la música de Asle oyó el canto de su padre Aslak (…) (Fosse, 2014, p. 15)

Leí Trilogía, de Jon Fosse, el ganador del último Nobel. La obra venía recomendadísima por al menos dos buenos lectores en cuyo criterio confío. A mí, sinceramente, la novela me dejo sabor a poco. La historia y sus demoras, y esa sorpresa en la lectura al creer vislumbrar algo más de lo que simplemente parece que hay en la frase me recordaron un poquito a Dostoyevski. Pero, luego, el asomo del experimento narrativo, que bien podría funcionar en un poema, creo que entorpece la lectura en el caso de una novela. Ejemplo de esto es el calculado exceso de los verbos declarativos. Me parecieron interesantes los saltos temporales, que dan una sensación de tiempo vital cíclico y no lineal, y una especie de realismo mágico a la noruega en relación a los personajes muertos que reaparecían…

Lo que menos me gustó es el agobio de todo el argumento y una especie de resignación que yo ya había notado en Kristin Lavransdatter, de la también noruega Sigrid Undset (novela que me gustó, sin embargo, por otras razones, aunque ese es otro tema). Ya que lo comparé antes, esa atmósfera materialista y embrutecida está también en Dostoyevski, pero el ruso señala el camino espiritual para que sus personajes de sacos raídos y vestidos sucios salgan de las habitaciones ahumadas y brillen con altura humana. En Trilogía apenas la música (ver epígrafe) salva a los personajes de ese embotamiento, pero apenas, no alcanza.

Por lo general no escribo sobre lecturas que no me interesan, porque abandono el libro. Pero esta decepción puntualmente me hace pensar en lo maravillosa que es la lectura, en la experiencia generosa que es, que cada lector puede hermosear aquello que recibe. Y uno no puede hacerse amigo de todos. Así es el don.

Fosse, J. (2014). Trilogía. Trad. Cristina Gómez Baggethun y Kristi Baggethun. De Conatus.

«El segundo lenguaje silencioso», de Jon Fosse

Recuerda el profesor y periodista Fernando Bonete que la anterior vez que un autor noruego ganó el Nobel fue cuando lo recibió Sigrid Undset, católica también, dominica ella, autora de la maravillosa trilogía Kristin Lavransdatter. Jon Fosse, que acaba de ganar, casi no está traducido al español. Leo una entrevista que mantuvo en diciembre de 2022 con Los Ángeles Review of Books. Más allá de la espiritualidad de Fosse, creo que esto que señala describe muy bien la experiencia grande de la lectura:

Cuando logro escribir bien, hay un segundo lenguaje, silencioso. Este lenguaje silencioso dice de qué se trata. No es la historia, pero se puede escuchar algo detrás: una voz silenciosa hablando. Es esto lo que hace que la literatura funcione bien para mí.